La Policía bloquea cerca de 300 cuentas de la trama del exjefe de UDEF de Madrid
Con cientos de millones de saldo, en algunas se mezclan titulares nominales con fondos de inversión
La red llevaba bolsas con dinero a un abogado clave en el blanqueo
A prisión tres de los blanqueadores del exjefe de la UDEF
Vivienda y coches intervenidos a alguno de los miembros de la red de narcotraficantes del jefe de la UDEF de Madrid
Casi 300 cuentas bancarias con saldos multimillonarios bloqueados y repartidas en media docena de países, entre ellos Dubai, capital de Emiratos Árabes Unidos y paraíso de los narcos. Es otro de los hitos de la operación 'Augur' que acumula cifras de récord y cuya ... cara visible es Óscar Sánchez Gil, el exjefe de la UDEF de Madrid, encarcelado hace un mes junto a su mujer y otros trece miembros de la trama.
'El Anodino', como le llamaban con sorna sus compañeros, había emparedado entre su casa de Villalbilla, su chalé de Denia (Alicante) y su despacho de la Jefatura Superior de Madrid más de veinte millones de euros. Pero los investigadores admiten que es difícil saber a cuánto asciende la fortuna amasada por el policía corrupto en sus años de colaboración con una potentísima organización internacional de narcos capaz de mandar trece toneladas de cocaína en un contenedor.
La Audiencia Nacional investiga tráfico de drogas, organización criminal, cohecho y blanqueo, entre otros delitos. Esta semana se han producido cuatro nuevas detenciones en Madrid y Barcelona, un golpe a la red de blanqueadores y testaferros montada por Sánchez Gil para lavar los millones procedentes de la cocaína. En total, son ya 21 las personas arrestadas en relación con esta red.
El rastreo
Los agentes de Asuntos Internos y de la Udyco Central que trabajan codo con codo para desentrañar la trama ya han conseguido el bloqueo de esas cerca de 300 cuentas bancarias, repartidas en media docena de países y cuyo rastreo no es fácil. Tampoco determinar a quién pertenecen realmente, según admiten las fuentes consultadas.
La titularidad en varias de esas cuentas con saldos multimillonarios está compartida entre varias personas, algunas con un importante historial criminal, y a veces incluso con fondos de inversiones de dudoso origen. Los investigadores confían en poder atribuir algunas de esas posiciones bancarias a Óscar Sánchez, a título personal, y a la trama que montó presuntamente con la colaboración, entre otros, del abogado Mario Pestaña Sartorius, detenido el lunes y en libertad tras pagar 20.000 euros de fianza. Una cantidad ridícula para alguien que trabajaba presuntamente a las órdenes de un entramado con una capacidad económica incalculable.
El bloqueo de cuentas era fundamental, pero los investigadores sostienen que no es imprescindible determinar si Sánchez está detrás de esas cuentas para poder acusarlo de los delitos que ya se le imputan. Desentrañar esa titularidad sería un buen añadido, dicen, conscientes de la dificultad que entraña y que Sánchez calculó de forma deliberada.
Sánchez Gil invirtió siete millones en criptomonedas, una parte a través de Kunga, un exchange de Barcelona
La diversificación en las inversiones y la titularidad enmascarada en tantas posiciones bancarias en el extranjero evidencia una estrategia bien planificada de alguien que conoce a la perfección el trabajo policial y también la actividad de las grandes organizaciones de narcotraficantes. Las ganancias, en algún caso, del policía y de los traficantes han confluido en países y cuentas, según las primeras indagaciones.
Esa diversificación del blanqueo pasa por una inversión de al menos siete millones de euros, tal y como ha podido confirmar ABC, en criptomonedas. Una parte la habría realizado a través de Kunga, una empresa de Barcelona, con sede en Rambla de Cataluña, que se anuncia como «el exchange online más seguro de inversión de criptomonedas en España». Dos de sus empleados fueron detenidos el lunes por Asuntos Internos e ingresaron en prisión. En el registro se hallaron unos 300.000 euros.
Óscar Sánchez Gil, exjefe de antiblanqueo de Madrid
Las licencias VTC, controladas por la cuñada de Sánchez Gil, la hermana de su mujer también encarcelada, era otra pata de esas inversiones para dar salida al dinero, aunque en este caso son cantidades algo menores. Sánchez Gil minoró el riesgo con esa diversificación en sus inversiones –también tiene fondos supuestamente en empresas en el extranjero– pero a la vez sabía que de esa forma dificultaría el rastreo en una investigación patrimonial, como la que está en marcha. Lo aprendió en su trabajo y lo aplicó a su vida paralela al margen de la ley.
Esa en la que actuaba no solo como comisionista o facilitador de los señores de la droga, sino «como un narco más», según las fuentes consultadas. Es lo único que explica que amasara la fortuna que se le atribuye. Su socio, Ignacio T., fue detenido junto a él. En su otra vida, la de policía, este individuo parecía ser su fuente, su confidente. Era mucho más.